Porque a veces es necesario leer, lanzar el odio al fuego de las palabras escritas y lacerantes. No basta meditar, dormir o morir, si antes no te refugias en un buen soneto... nada de eso servirá.
Por eso esta tarde fría y nublada, he decidido compartir un escrito del señor Pablo Neruda, no hace falta más nada... sólo leeanlo, saboreenlo y escupan su rencor.
Soneto IV
Recordarás aquella quebrada caprichosa
a donde los aromas palpitantes treparon,
de cuando en cuando un pájaro vestido
con agua y lentitud: traje de invierno.
Recordarás los dones de la tierra:
irascible fragancia, barro de oro,
hierbas del matorral, locas raíces,
sortílegas espinas como espadas.
Recordarás el ramo que trajiste,
ramo de sombra y agua con silencio,
ramo como una piedra con espuma.
Y aquella vez fue como nunca y siempre:
vamos allí donde no espera nada
y hallamos todo lo que está esperando.